Cada botella de vino blanco, tinto, rosado y cava premium de Juvé & Camps, esconde un minucioso trabajo que, año tras año, cuida con mimo las vides para sacar el mejor jugo de cada variedad de uva que crece en sus viñedos del Penedès y la Ribera del Duero.
Los viticultores y enólogos en Juvé & Camps, fieles a los ciclos naturales de la tierra y basándose en procesos ecológicos, se encargan del control exhaustivo del crecimiento de la uva, de mantener a raya malas hierbas y plagas que puedan poner en peligro el correcto desarrollo de las frutas en forma de delicadas esferas y de esperar el momento preciso y óptimo para vendimiar el producto base para elaborar los espumosos y vinos más exquisitos y singulares.
Gracias al poder calorífico del sol y la extensión de los días, los viñedos encaran la recta final para su maduración y posterior vendimia, el final de su proceso cíclico anual.
Las perlas base del futuro cava y vino salen a la luz
La llegada del verano es un momento muy importante, ya que a finales de junio, entre las flores blancas y diminutas de las vides ya pueden apreciarse los primeros granos de fruta, con un aspecto parecido a un guisante. Mientras evoluciona el proceso de floración, los trabajadores se encargan de emparrar los sarmientos nuevos y emplean tratamientos preventivos para asegurar la buena salud de la vid (como el control de malas hierbas).
En paralelo, en el viñedo se eliminan hojas, brotes no fértiles y sarmientos que puedan debilitar a la cepa en el tramo final, previo a la vendimia. Es una forma de incentivar a la planta para que concentre toda su energía en la mejora de la fruta.
Este tipo de técnicas redundan en una más intensa coloración y calidad aromática de las bayas; y como resultado final se obtiene una maduración más homogénea de todo el racimo. Pero lo más importante es que, además, facilita el trabajo de recogida manual e incrementa la eficacia de los cuidados fitosanitarios.
Durante el mes de julio, se aplican más tratamientos, si es necesario. Se procede a desmochar los vástagos más largos y se eliminan parte de los racimos más jóvenes en las vides muy exuberantes (llamado “vendimia en verde”) para asegurar la excelente salud del resto de fruta. Y ya entrados en agosto, si es preciso, se realiza un segundo aclareo de la vid y se continua con tratamientos y cuidados en los viñedos.
Cada variedad adquiere su riqueza y color a medida que avanza el verano
Las uvas, que se siguen desarrollando durante todo el estío, se tornan negras o de un tono verde dorado según la variedad. A este proceso se le denomina “envero”, durante el cual las variedades acumulan azúcares y compuestos fenólicos mientras se van expresando los pigmentos responsables de la coloración única de cada variedad.
En un estadio tardío, la uva adquiere su madurez con un aspecto traslúcido y una consistencia blanda y elástica. Este punto marca el momento de la vendimia, que va intrínsecamente unida al mes de septiembre.
De entre las primeras variedades en recolectar la uva se encuentran la chardonnay (100% ecológica, base para obtener el cava Reserva Brut Milesimé, de una elegancia y explosión aromática sin precedentes, vendimiado a mano en la finca de Can Rius) y la macabeo (uno de los cuatro tipos que configuran el vino blanco Ermita d’Espiells, que destaca por sus aromas de fruta blanca fresca -pera y manzana-, sobre un sutil fondo de flores blancas, rematado por un toque cítrico de limón y herbáceo), gracias a su pronta concentración de azúcares.
Tras cada copa de vino blanco, tinto, rosado y cava premium de Juvé & Camps hay un equipo de expertos vedimiadores, viticultores y enólogos que trabajan los viñedos durante todo el año para que tu experiencia sensorial sea única.
