En ocasiones, de casta le viene al galgo. No es casualidad que, al frente de las bodegas centenarias de Juvé & Camps esté una persona que lleva el apellido Juvé. Lo que no es tan habitual es que una mujer, Meritxell Juvé, lidere una de las empresas vitivinícolas referentes en el mercado español.
¿Desde que tus bisabuelos fundaron la bodega Juvé & Camps en 1921, qué ha cambiado respecto al género tras 4 generaciones dedicadas al cultivo de la uva?
La verdad que viéndolo en perspectiva es como la noche y el día. Hace un siglo, el papel de la mujer, salvo casos muy excepcionales, tenía un rol muy marcado de apoyo educativo y emocional familiar. La iniciativa empresarial estaba muy ligada al hombre. Esta imagen la reflejaron a la perfección mis abuelos, Joan Juvé Baqués y Teresa Camps.
Actualmente se ha roto esa barrera de género en el ámbito corporativo. Existe mucho más equilibrio. Más que de mujeres o hombres me gusta hablar de profesionales capacitados.
¿Lo tuviste más fácil por el hecho que, desde que naciste, estuvieras rodeada de viñedos?
No te negaré que la pasión por el sector se me inoculó gracias a la pasión que pusieron mis abuelos y mis padres en el cultivo de las uvas y la elaboración de cavas y vinos. Desde que tengo uso de razón recuerdo recorrer los campos y jugar entre hileras infinitas de racimos de uva colgando, justo antes de la vendimia a finales del verano. Pero la tradición familiar la he complementado gracias a una sólida formación en el ámbito empresarial y vitivinícola.
Siguiendo la estrategia de Juvé & Camps, he combinado tradición familiar y constante innovación.
¿Y es posible combinar pasado y futuro con éxito, en un mundo tan competitivo como es el del vino?
No creo que sea posible, sino que considero que es el único camino para encarar la próxima década con garantías. Aprovechamos las innovaciones tecnológicas para sacar lo mejor de nuestras uvas, pero a la vez respetando al máximo los ciclos de la naturaleza. Mediante la aplicación de técnicas ecológicas podremos obtener vinos y cavas de máxima calidad que se puedan codear con las mejores propuestas a nivel nacional e internacional.
Ahora que hablas del ámbito internacional, ¿por qué es menos habitual encontrar mujeres al frente de empresas de mundo del vino?
La larga tradición en España nos ha ido a la contra, ya que es más complicado evolucionar que empezar desde cero. En otros países, con empresas mucho más recientes, la incorporación de mujeres a puestos directivos ha sido más numerosa, sin estar penalizadas por el peso de inercias ancestrales. En el último lustro la tendencia se ha acentuado en nuestro país, equilibrando las plantillas en las bodegas existentes.
¿El siglo XXI será, por fin, el de la mujer?
Yo creo que, a medida que avancen las décadas, se acabará convirtiendo en el siglo del collaborative populus (en latín, personas colaborativas), acabando con el sesgo de género. Personalmente me interesa estar rodeada del mejor equipo, el más cualificado, sin importarme si son hombres o mujeres, de avanzada edad o muy jóvenes. En Juvé & Camps queremos atraer y retener talento; solo así continuaremos a la vanguardia del mundo del vino.
