El mundo del vino y el cava se encuentra repleto de vocablos especializados como viticultura ecológica, denominación de origen –Cava, Penedès y Ribera del Duero-, monovarietal y coupage, enólogo, enófilo, sommelier, degüelle… El léxico va evolucionando a medida que el cultivo de la vid se adapta a las necesidades actuales de los mercados. Nuevos públicos aparecen asociados a estas dos bebidas tradicionales y con ellos palabras que definen sus gustos, como drinkability.
¿Cómo saber el grado de drinkability de tu vino o cava?
Para empezar, este término -que proviene del mundo anglosajón- define una cualidad del líquido que vas a tomar y es uno de los principales indicadores para vinos con una puntuación de 90 o más. James Suckling, crítico especializado con una sólida trayectoria de más de cuatro décadas, sostiene que los vinos catalogados con una alta puntuación de drinkability son aquellos que “piden una segunda copa”. Este parámetro, mezcla de criterios objetivos y subjetivos -como veremos más adelante-, se puede aplicar de igual manera al sector del cava.
Hablando en un lenguaje llano, se trata de bebidas fáciles de degustar. Los profesionales del sector dividen los productos con una alta o baja escala de drinkability. Este concepto se relaciona con el equilibrio de diversos elementos presentes en el vino o el cava, que invitan a seguir profundizando en las sensaciones organolépticas una vez abierta la botella y finalizada la primera copa. Componentes estructurales como la acidez, los taninos, el alcohol o la dulzura crean una armonía con el olor, textura y frescura del brebaje. Aunque parezca una obviedad, estamos hablando de un concepto objetivo que pasa por una pátina de subjetividad personal de quien prueba el producto.
Por todo ello, tiene mucho que ver con el placer de compartir el vino y el cava con los demás. En consecuencia, dependerá mucho de los invitados a la hora de escoger un vino o cava que invite a disfrutarlo en grupo. Porque más allá de una cata personal, hablamos de compartir momentos inolvidables.
Suavidad, frescura y expresión frutal son tres características presentes en vinos y cavas catalogados con un alto ratio de drinkability.
Como ya hemos dicho anteriormente, una de las claves es el equilibrio azúcar-acidez de la uva antes de su cosecha, manteniendo de esta manera la madurez y la frescura al mismo tiempo, mientras se aleja de frutas demasiado maduras, mermeladas y sabores sobreexcitados. La frescura, la delicadez y la elegancia -cualidades muy equilibradas-, toman el mando, demostrando que “menos puede ser más”.
Un trío infalible para poner a prueba la segunda copa
El Rosado, vino rosado D.O. Ribera del Duero
Estamos ante un vino rosado de altura, del corazón de la Ribera del Duero. Se trata de la primera modalidad ecológica de la bodega. Su refrescante acidez mineral y opulencia se remata con una riqueza aromática a base de frutas rojas y de hueso maduras.
Miranda d’Espiells, vino blanco D.O. Penedès
Un clásico Chardonnay maduro, de agradable acidez y fondo cítrico, que combina la tropicalidad de la piña y la mediterraneidad del hinojo. Este vino blanco Penedès es el candidato perfecto para repetir sorbo, por su finura, gracias al proceso de fermentación en recipientes de acero inoxidable para preservar su frescura.
Blanc de Noirs, Reserva Brut D.O. Cava
Este Reserva Brut de Juvé & Camps, supone una vuelta de tuerca sorprendente de la variedad de uva pinot noir. Su vendimia manual y el prensado suave evitan la coloración del mosto y ofrecen una combinación de efervescencia y frescor sostenido en el tiempo.
Vinos y cavas que van más allá de la simplicidad y sencillez, buscando las raíces y sin apartarse de la esencia. Aunque para gustos colores, siempre hay espacio para botellas más complejas y con una mayor concentración y profusión de sabores. Tres propuestas de Juvé & Camps para adentrarte en el concepto de drinkability.
